Es difícil imaginar un puerto portuario mas encantador que Port de Sóller, el cual se encuentra en la costa noroeste de la isla. Se acurruca de manera pintoresca en una bahía ídilica, con las mismas imponentes montañas a sus espaldas que, en tiempos pasados, ocultaban a los piratas de la vista de la ley. Port de Sóller ha conservado su aire auténtico de ciudad mallorquina, en gran parte gracias a su ubicación aislada, donde los locales llevan su vida cotidiana con absoluta tranquilidad. Aquí los hoteles son pocos y pequeños, la atmósfera es relajada y con estilo.
Durante el día, el ambiente puede ser un poco más animado, ya que, debido a la belleza del pueblo y al encantador tranvía histórico que serpentea desde Palma, pasando por Valldemossa y Sóller, entre limoneros y naranjos, muchos excursionistas visitan este rincón apartado. En el paseo marítimo, puedes disfrutar de un café o una caña con algunas tapas, pasear por las pequeñas tiendas o dejarte inspirar por el bullicio de la gente. Desde navegantes hasta bañistas, aquí todos encuentran su felicidad. Por cierto, el viaje en tranvía en la dirección opuesta también es una experiencia mágica de Mallorca. Con el Ferrocarril de Sóller, puedes llegar (haciendo un transbordo) hasta Palma.