El campo se considera una auténtica joya. Su recorrido es exigente, sin embargo, incluso los jugadores menos experimentados podrán superar los múltiples obstáculos de agua.

Calles intensas y buenos greens. A su favor podemos decir que son suaves, pero, al mismo tiempo, rápidos, precisos y ondulados, y resultan excelentes para putts.

Las instalaciones se pueden recorrer a pie, aunque hay que estar en buena forma, sobre todo en verano. Quizás sea mejor alquilar un carrito, que además aquí funcionan con gasolina. Los nueve primeros hoyos de Son Termens resultan relativamente fáciles; los segundos nueve hoyos son bastante más complicados, estrechos y, de alguna manera, se juega a ciegas. A cambio, se puede jugar mientras se disfruta de unas increíbles vistas al valle.

Las cabras que campan libres constituyen un atractivo especial, no molestan y encajan a la perfección con el encanto singular del campo. El precio se ajusta a las prestaciones.