Excursión a la montaña del monasterio de Randa

Distancia: 4 km por trayecto | Duración: aprox. 1 hora y 15 minutos por trayecto | Nivel: senderos fáciles de seguir, 270 metros cuesta arriba

¿Te apetece un poco de cultura? ¿Y si estiras las piernas y disfrutas de una de las mejores vistas de la isla? Genial, pues te animamos a subir a la montaña del monasterio de Randa. Sí, esa montaña que se ve al acercarse a Palma, la que tiene un radar enorme.

En la montaña de Randa se encuentra el sistema de gestión de tráfico aéreo de Mallorca.

¿Pero vale la pena subir para eso? ¡Pues claro que no! Hay mucho más. Como si fueran nidos de golondrinas, tres santuarios se aferran a la montaña, y dos de ellos admiten visitas.

La carretera, de unos 5 kilómetros, es un recorrido muy popular entre los ciclistas. Así que no puedes perderte. Aparca el coche en Randa, no lejos de Llucmajor, y sigue la carretera hasta el final del pueblo. A continuación, gira a la derecha, deja a tu izquierda a ciclistas y automovilistas, cruza la carretera y no te saltes ningún atajo.

En el primer monasterio del siglo XV (Santuari de Nostra Senyora de Gràcia) puedes hacer un alto en el camino. En cambio, el segundo (Ermita de Sant Honorat), una pequeña iglesia del siglo XIV, es solo para monjes y no admiten visitas. Los viajeros solo pueden echar un vistazo desde fuera. Esta zona es mucho más tranquila y el área de pícnic, a la sombra y con vistas a la costa sur hasta el archipiélago de Cabrera, parece preparada solo para ti.

Cuando quieras continuar, avanzamos hasta llegar al tercer monasterio ("Santuari Senyora de Cura de Randa”, también conocido como “Santuari de la Mare de Déu de Cura). El camino es largo, pero compensa sin duda cada metro que recorres. Y es que, desde la cima, apenas hay un rincón de la isla que no puedas divisar: Alcudia al norte, Arta al este, Es Trenc al sur, Palma y los legendarios picos de la Tramuntana. Alma de senderista, ¿qué más quieres? ¿Cultura? ¿Café? ¿Tapas? En lo alto de la montaña de Randa encontrarás de todo. En el jardín del monasterio, las puertas de la iglesia están abiertas, el restaurante invita a tomarte un aperitivo y hay un gran número de merenderos llenos de locales y visitantes.